Romper las reglas para cambiar el mundo

Cuestionarse es la unica salida

Todos sabemos que las reglas son importantes, tanto en la sociedad como en cualquier organización empresarial. Las reglas nos dan previsibilidad, nos alejan del caos, ordenan nuestro mundo, y nos protegen de la incertidumbre de la vida cotidiana. Las empresas viven (o ¿sobreviven?) ordenadas por planes estratégicos, presupuestos, organigramas, procedimientos y prácticas “probadas”… Incluso hay mecanismos previstos para castigar a los que vulneran las reglas (sanciones, baja calificación en evaluación de desempeño, postergación de una promoción y, en el extremo, despido). Estas reglas, a veces escritas en un procedimiento, a veces simples costumbres y usos sociales, permiten “alinear” nuestro comportamiento indicándonos lo que “está bien” o es “correcto” hacer.
Ahora bien… me gustaría compartir con ustedes una pequeña revelación, bien al inicio de nuestra conversación. Tanto si van a seguir leyendo esta nota o si deciden que hasta acá llegaron. Por favor recuerden esto… ¿Están listos? Acá va…

No tenemos que vivir nuestra vida de la manera que otros esperan que lo hagamos.

En mi casa y la escuela primero, luego en la universidad y las empresas donde trabajé, me enseñaron que ser una “buena chica” era el camino al cielo. Pero como yo quiero ir a todos lados (y no necesariamente al cielo), prefiero compartir con ustedes la contracara del sagrado mandamiento de la obediencia. En la sociedad, en la política, en el arte y en los negocios hay miles de ejemplos de personas extraordinarias que se han destacado justamente por transgredir las reglas. Martin Luther King, Gandhi, Andy Warhol, Frida Kahlo, Steve Jobs, Bill Gates, Elon Musk pertenecen a una larga lista de transgresores que deben su éxito al hecho de no haber seguido las reglas. Y justamente el romperlas les permitió cambiar el mundo y mejorar la vida de millones de personas.
Transgredir (del latín trans –más allá– y el verbo gradior –pasar para acceder a otro lado–), consiste en sobrepasar los límites del orden, no seguir las pautas aceptadas, y saltarse los patrones establecidos para crear algo nuevo. Entonces, el progreso (de una sociedad, una empresa e incluso de una persona) depende de nuestra capacidad para quebrar y superar el sistema aceptado hasta el momento. No sé ustedes, pero a mi me motiva mucho más ir viendo que barreras o normas puedo ir salteando para mejorar el mundo, que dedicar mi tiempo y energía a entender qué esperan los otros de mi para poder convertirme en una “chica buena” (perdón mamá, no sos vos… soy yo).
Entonces… ¿conviene romper las reglas? ¡Por supuesto que sí! Pero, para que salga bien, no basta solo con salir a patear el tablero y listo… En absoluto. El asunto es un tanto más complejo y de ahí ha surgido este blog, que espero sea de utilidad a quienes deseen ir un poquito más allá. Para romper las reglas, primero tenemos que conocerlas y dominarlas casi a la perfección. Pablo Picasso decía “aprende las reglas como un profesional, para poder saltártelas como un artista”. No podemos crear un mundo nuevo sin entender los mecanismos con los que funcionan los mundos que ya existen.
En este blog te invito a romper las reglas como un artista, conociendo y dominando primero los mecanismos que dirigen y ordenan el mundo del trabajo hoy, para luego transformarlo y mejorarlo todo. ¿Quién te dice? Quizás en vez de ir al cielo por buena conducta terminamos cambiando el mundo entero.

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